25/7/22

CASTILLO DE SORIANA



Soriana y la cresta rocosa sobre la que se alzó el castillo


Emplazamiento del castillo


Friso de mechinales

Ribagorza es una tierra que siempre ofrece gran cantidad de opciones fuera de los destinos que podríamos considerar más turísticos. Se trata de una tierra poco pisada y con un rico pasado histórico. Para los amantes de los paseos en soledad, de lo ignoto y lo desconocido, Ribagorza es el paraíso.

En esta ocasión, hablaremos de los escasos vestigios de un castillo, apenas documentado y menos aún conocido, que descansan sobre un peñasco rocoso situado en la pequeña localidad de Soriana. Son pocos los restos que perviven de este castillo, aunque no por ello resultan carentes de interés. Por este motivo, pensamos que es interesante dedicarle este artículo, así como aportar alguna de las fotografías que tomamos el último día de febrero de este año 2021.

Soriana es un pequeño despoblado situado en el sector sur de la comarca de Ribagorza, ya cerca de tierras literanas. Es accesible por una pista de tierra que tomaremos en las inmediaciones de Estopiñán del Castillo, en dirección a la cantera de La Soriana. Nada más llegar a la cantera, una barrera nos impedirá el paso y nos obligará a realizar el último tramo a pie, aunque el recorrido no nos llevará más de 15-20 minutos. El entorno del despoblado es magnífico, y el paseo, muy placentero. Antes de llegar al caserío, pasaremos junto al pilaret de San Vicente Ferrer. A este pilaret se llevaba a los embrujados para que dieran vueltas a su alrededor para, de esta manera, conseguir su sanación.

Una vez arribados a Soriana, brilla con luz propia, en lo más alto, la iglesia de Santa Marina –antiguamente San Pedro Apóstol–. Es un templo de origen románico, del siglo XII. Dispone de nave única rectangular y cabecera semicircular canónicamente orientada. La puerta de acceso abre al norte, dado que el paño sur y el hastial de los pies se sitúan al borde de un cortado rocoso, forzando su abertura en el paño septentrional. Interiormente cierra el arco presbiterial un muro plano de cronología contemporánea, ideado para convertir el fondo del ábside en sacristía. Posee coro en alto a los pies. Al norte de la iglesia, adosado, se halla el camposanto.

Todavía más al norte de la iglesia de Santa Marina y del cementerio, sobre un peñasco rocoso, se hallan los escasos vestigios del castillo de Soriana. Francisco Martí lo cita en su blog Románico ribagorzano y aporta algunas citas documentales de las que aquí nos hacemos eco. El castillo de Soriana fue conquistado por Ramón Berenguer I, que lo dejó a sus hijos. Pasó luego a Galcerán Erimany. En 1358 formaba parte de los dominios del monasterio de Poblet, después de haber pertenecido a Vallverd. En el siglo XVI pertenecía a monasterio de Linares, y así fue hasta la desamortización de Mendizábal. Los antiguos habitantes del pueblo y la gente del lugar lo conocen como «La Roca de los Moros».

El castillo: Se acopló a un crestón rocoso con bruscas caídas por todos sus frentes. Solo es accesible desde su lado este. Quedan restos de muros descarnados, aparentemente con forma de cubo, en su lado oriental, así como algunos derrubios en la parte alta del lado sur. En su cota más alta, hay una pequeña terraza de unos 3 x 3 metros. En la parte baja de la cresta, no sin dificultad, pudimos fotografiar varios mechinales de mediano calibre situados por encima de un pequeño paso picado que finaliza en una pequeña oquedad de la roca. Su cronología podría llevarse hasta el siglo XII, en consonancia con la iglesia de Santa Marina, que posiblemente debió de concebirse como capilla castrense.

Artículo publicado en la revista El Gurrión en noviembre de 2021.