Posiblemente estamos ante uno de los casos más lamentables de dejadez y pasividad de las instituciones ante un elemento trascendente a punto de desplomarse definitivamente. Y es que, con un coste no excesivamente elevado, se hubiera podido consolidad esta torre del siglo XI herida de muerte desde hace tiempo. La cercanía al asfalto de otra torre similar cercana, -la de Viacamp-, ha hecho que corra mejor suerte que la protagonista del artículo que tienes ante ti, amigo lector.
Acceder a la torre de Chiriveta es muy sencillo. Hay un sendero señalizado que parte desde la iglesia de Nuestra Señora de la Piedad de Chiriveta. No hay pérdida posible. En poco más de media hora se alcanza el collado donde se halla la torre, en la entrada norte del congosto de Mont-rebei.
Se construyó en un collado estratégico para el control del valle Noguera. Es uno de los castillos entregados por Ramón Berenguer IV a la orden del temple en el año 1143.
La torre tiene planta circular y parece que se organizaría en tres pisos de altura. Presenta 3.45 metros de diámetro interior y 2.20 de grosor mural. Muestra aparejo de sillarejo de calibre desigual, colocado en hiladas más o menos uniformes. La puerta abre en el piso inferior, en altura. El piso inferior no muestra ningún otro vano. El intermedio, por su parte, poseía un gran vano al este y una segunda puerta, abierta aproximadamente sobre la puerta de la planta baja; según Adolfo Castán pudo ser la puerta original. El propio Castán explica en su libro Torres y Castillos del Altoaragón, que el piso superior tuvo cinco ventanas abiertas simétricamente. Una de ellas conservaba el arco de medio punto que la cerraba. Lamentablemente, nada de esto pudieron ver ya nuestros ojos.
