Despoblado de Bun y ermita en segundo plano
Ermita de Santa Isabel
Edificios del despoblado
Uno de los "espedregales"
La ermita de la Virgen de Bun (o Santa Isabel) se encuentra a una hora y media de camino de la localidad de Buesa. El camino arranca desde la iglesia; los primeros metros transcurren por un bello camino de herradura, después hay un tramo de pista -apenas unos metros- y finalmente por sendero. El camino es sombreado y no tiene mucho desnivel.
El despoblado y la ermita se sitúan a 1325 metros de altitud. Del despoblado subsisten gran cantidad de amontonamientos de piedras, algunos con formas definidas y otros no, y varias casetas construidas con las piedras del despoblado. El dintel de una de las casetas lleva grabado el año de 1822. El despoblado de Bun debe de ser, como mínimo, varios siglos anterior a estas edificaciones.
La ermita de la Virgen de Bun tiene planta rectangular y cabecera de testero plano orientado al este. La cabecera se cubre con bóveda de medio cañón y la nave con estructura de madera. La puerta de acceso, adintelada, abre al sur. Sigue las pautas de las típicas ermitas sobrarbenses del siglo XVII, si bien no es descartable que fuera algo anterior. La romería se efectúa el día 2 de julio.
Ricardo Mur escribió un reportaje sobre este despoblado en la revista La Estela (nº 38). Allí comentaba “El ámbito de intercesión de la Virgen de Bun está especializado en las rogativas de lluvia. Con el fin de obtener favores particulares, muchas mujeres subían andando descalzas. Los de Buesa nunca han olvidado que la obtención de lo pedido en la oración siempre ha de ir acompañado de la correspondiente acción de gracias, traducida generalmente en forma de otra peregrinación o visita a la ermita”.
Ricardo Mur escribió un reportaje sobre este despoblado en la revista La Estela (nº 38). Allí comentaba “El ámbito de intercesión de la Virgen de Bun está especializado en las rogativas de lluvia. Con el fin de obtener favores particulares, muchas mujeres subían andando descalzas. Los de Buesa nunca han olvidado que la obtención de lo pedido en la oración siempre ha de ir acompañado de la correspondiente acción de gracias, traducida generalmente en forma de otra peregrinación o visita a la ermita”.