Arcos apuntados del interior
Silos de grano al descubierto
Tumba antropomorfa
Piedra de los moros
Muchos son los motivos que tenía para visitar las cercanías de Ayera, entre otros, los vestigios de antiguas civilizaciones que allí dejaron sus huellas para el deleite de los amantes de las viejas piedras.
Comenzaremos el recorrido por la ermita de San Esteban; se accede por medio de una pista de 200 metros que nace en las cercanías de Ayera. Allí, encaramada en un promontorio rocoso se encuentra esta construcción de estilo gótico, aunque muy reformada posteriormente. Posiblemente fue levantada sobre algún templo de época anterior, posiblemente relacionada con alguna pequeña población de origen islámico.
Muy cerca de allí, a unos 1600 metros encontramos la denominada "piedra de los moros". Se trata de una gran plataforma rocosa totalmente lleno de silos construidos para el almacenamiento de grano. Algunos silos tienen forma semiesférica, otros mas alargada, muchos están intercomunicados entre si por orificios en sus laterales; debieron ser lugar de almacenamiento de cereal durante el periodo de la ocupación islámica.
El etnólogo Manuel Benito Moliner escribió sobre este lugar; "La Piedra de los Moros presenta en su ingreso escalones rebajados, cilleros a los lados, arriba la superficie muestra varias bocas de silo que por dentro se comunican mediante agujeros practicados en las finas paredes, rebajadas a pico. En la zona de levante, junto a una especie de fosa, están las huellas que dejara la reina mora en su salto: un pie normal de mujer y otra huella informe al lado. Los pies están cambiados. Al parecer la persona que manipuló la roca, con estas huellas, utilizó su propio pie para plantilla una vez hecha la informe extremidad derecha, sin darse cuenta de que volvía a poner otro pie derecho. La Piedra de Los Moros es muy importante, no sólo por lo gigantesca, también por la amplia gama de símbolos fertilizadores que presenta: falo descomunal, posible útero monumental en la segunda roca y las únicas huellas que encontramos de reina mora. Su uso también la hace singular, sirvió como las demás para fertilizar mujeres pero también para el grano. El cillero no formó parte de ningún castro ni hábitat que estarían documentados. La prospección del terreno no da más que fragmentos de cerámica. Todo eso nos hace suponer que hasta allí se llevaban anualmente las semillas, destinadas para la sembradura con el fin de que tomaran de la piedra el poder fecundante, así el cereal sería más prolífico. Esto nos cuenta la leyenda: En Santolaria -Santa Eulalia la Mayor- había un rey moro que tenía presa a su hija en la torre del castillo que aún está en pie. La hija, cansada de estar encerrada, dio un salto desde un balcón, yendo a parar aquí y dejando las pisadas del salto clavadas en la misma piedra"
Como habéis visto se atribuyen a este lugar propiedades esotéricas relacionadas con ritos de fertilidad; la verdad es que es un lugar muy interesante de visitar, el acceso es muy sencillo y está muy cerca de Huesca. Es una visita muy útil e interesante.