Vestigios de Olivito
Encontramos su primera mención en el año 1099. Es un documento de la colección diplomática de Pedro I; allí se dice que en Marzo del año 1099 Pedro I de Aragón dio al Monasterio de Montearagón la iglesia de Olivito. Aparece con un solo fuego en documentación de los años 1495, 1543, 1609 y 1646 según nos cuenta Antonio Ubieto Arteta en su colección Historia de Aragón (los pueblos y los despoblados).
A pesar de ser un pueblo perfectamente documentado, apenas han llegado algunos amontonamientos de piedras hasta nuestros días.
Según Ignacio Almudévar (gran conocedor de estas tierras) estuvo situado “en el principio de la carretera que lleva desde Siétamo hasta Novales. Quedaba Olivito encima del Barranco, como se conoce ahora a este río poco caudaloso, que tiene otros dos nombres, uno de los cuales es río Botellac. Era una buena tierra, llana y encima de ella todavía queda un pequeño tozal, poblado de carrascas, donde yo creo que estuvo situado Olivito”.
A ese tozal subí hace unos días, y la verdad es que encontré algunos amontonamientos de piedras que bien pudieron pertenecer al viejo pueblo de Olivito. Según cuenta Ignacio Almudévar antiguamente “se encontraban trozos de mosaico y partes de objetos de barro, destinados a utilizar en las casas de aquel entonces por las familias”. También nos cuenta que “desde Olivito se veía el Monasterio de Montearagón y se escuchaba la campana que pregonaba el Angelus”.