Parece ser que Mueras fue un pequeño barrio de repoblación tras la reconquista de la Buluya islámica y que la ermita que hoy vemos fue su parroquial. En los documentos que se conservan en el archivo parroquial de Bolea se menciona el lugar de Mueras desde el año 1595. Hay otro documento posterior (año 1689) en el que el racionero don Blas Allué se negaba a dar misa en el templo por estar derruido y hallarse “sin disposición ni decencia alguna”.
El templo puede fecharse en la segunda mitad del siglo XII; habiendo sido la última restauración en el año 2008. Después de múltiples derrumbamientos y reconstrucciones la ermita apenas conserva parte de su estructura original. Es un templo de una nave con planta rectangular y cabecera plana orientada al este; al parecer, originalmente, estaba rematado en ábside semicircular. Se cubre con un tejado de chapa poco agraciado pero sin duda efectivo, fruto de la última reforma.
